1ª PARTE
Origen mitológico de Roma
La leyenda dice que 575 años antes de Cristo, se fundó en el Lacio una pequeña ciudad que la historia denominaría “eterna”. Esa pequeña ciudad fue Roma que lograría crear un imperio y marcaría su huella en el mundo entero. Roma fue durante siglos, el centro del mundo: “Todos los caminos llevan a Roma”.
En el Lacio, el país de los latinos, había varias ciudades y una de las más antiguas era Alba-Longa, fundada por el troyano Jules, llegado al Lacio con su padre Eneas, después de diversas aventuras (contadas por Virgilio en la Eneida). Reinaba allí, en el siglo VIII antes de Cristo, un rey llamado Numitor, hombre apacible y bueno; su hermano menor Amulio, cruel y ambicioso, expulsó a aquel rey del trono y mandó asesinar al hijo de Numitor y consagrar a su hija al servicio de la diosa Vesta, protectora de la familia y del hogar, para impedir que Numitor pudiera tener herederos.
Las vestales se ocupaban de mantener el fuego sagrado que ardía en el altar de la diosa y estaban obligadas a la más rigurosa castidad. Pero Marte, dios de la guerra, se enamoró de la encantadora princesa y de su unión nacieron dos gemelos: Rómulo y Remo. Asustado el cruel Amulio, ordenó que arrojaran a los dos gemelos al Tíber, pero el servidor del rey, más piadoso que su señor, deposito a los niños en una cesta y los confió a las aguas del río. La cesta se detuvo en una orilla y el dios Marte se apiadó de sus hijos y mando a uno de los animales que le estaban consagrados que prestara auxilio a los niños.
Rómulo fue el primer rey de la ciudad, pero Remo, envidioso, quiso demostrarle su superioridad insultándolo en público y saltando por el muro que su hermano había construido. Rómulo se encolerizo tanto, que se abalanzó sobre su hermano y lo mató, exclamando: “Esto le ocurrirá a quien atraviese los muros”.
Para que la ciudad creciera con mayor rapidez, Rómulo dio asilo a los fugitivos de todos los poblados y aldeas cercanos, y ello motivó que acudieran a establecerse en Roma muchos desterrados y aventureros. A causa de ello, los pueblos vecinos no quisieron mantener contacto con una población de tan dudosa fama. Entonces, a Rómulo se le ocurrió organizar una fiesta religiosa seguida de grandes concursos deportivos. Con este pretexto, los habitantes de otras ciudades que deseaban visitar la nueva urbe, decidieron hacerlo, pese a la reputación de sus habitantes. Los sabinos, pueblo originario de los Apeninos, acudieron en tropel. Durante las competiciones, y a una señal de Rómulo, los romanos se abalanzaron sobre los espectadores y raptaron a las muchachas sabinas.
Cuando los invitados regresaron, a sus hogares y se recobraron, reemprendieron el viaje a Roma para castigar a Rómulo y a sus insolentes súbditos. El combate fue terrible, pero las sabinas, desmelenadas y desgarrados los vestidos, mediaron en la refriega para separar a los combatientes. El hecho no tenía remedio: ya eran esposas de los romanos, por eso suplicaban a los sabinos: ¡No maten a nuestros maridos! Y a los romanos: ¡No maten a nuestros padres y hermanos! Esta inesperada intervención ocasionó una reconciliación general: los antagonistas no sólo pactaron la paz, sino también un tratado de alianza. Romanos y sabinos formarían un solo pueblo y ambos se establecerían en una de las colinas de Roma.
-MONARQUÍA
La Monarquía se instauró en Roma en el 753 a.C. y permaneció vigente hasta el 509 a. C. Muchos historiadores romanos consideran este período como una mera anécdota y se permiten el lujo de ofrecer opiniones personales, uno de ellos, Tito Livio (59 a.C. - 17 d.C.) con su obra Ab urbe condita, en la que relata la historia de su ciudad.
* El período al que corresponden los reyes latino-sabinos es el más legendario. De él podemos destacar:
• La familia, núcleo social, bajo el mando del pater familias. Estaba formada por parientes consanguíneos, por esclavos y clientes. Las familias descendientes de un mismo antepasado formaban una gens.
• La sociedad se distribuía en tres tribus (Ramnes, Tities y Luceres), que se subdividían en treinta curias que se reunían en comitia curiata (asambleas), encargadas de los asuntos religiosos, civiles y militares. Elegían también al rex (rey) y gobernaban en los períodos en los que aún no había sido elegido.
• El Senado estaba compuesto por cien ancianos de las familias más ilustres.
• El ejército estaba integrado por centurias (cien infantes) procedentes de las curias, y decurias (diez jinetes). Durante la Monarquía, el ejército alcanzó los tres mil infantes y trescientos jinetes.
* Durante el período de la dinastía etrusca, la economía, anteriormente agrícola, se basó en el comercio y la industria.
Roma se fue convirtiendo en una ciudad, mejoró en urbanismo y obras públicas. Durante el reinado de Tarquinio Prisco se edificó el Circo Máximo, para los juegos y espectáculos; también se construyo la Cloaca Máxima. Durante el reinado de Servio Tulio se construyó la muralla de la ciudad o Muro Serviano.
-REPÚBLICA
La República (res publica, “asunto de interés público”) romana fue un periodo de la historia de Roma caracterizado por el régimen republicano como forma de gobierno, que se extiende desde el 509 a. C., cuando se puso fin a la monarquía con la expulsión del último rey, Lucio Tarquino el Soberbio, hasta el 27 a. C., fecha en que tuvo su inicio el Imperio. La República Romana consolidó su poder en el centro de Italia durante el siglo V a. C. y en los siglos IV y III a. C. se impuso como potencia dominante de la península Itálica sometiendo a los demás pueblos de la región y enfrentándose a las polis griegas del sur. En la segunda mitad del siglo III a. C. proyectó su poder fuera de Italia, lo que la llevó a una serie de enfrentamientos con las otras grandes potencias del Mediterráneo, en los que derrotó a Cartago y Macedonia, anexionándose sus territorios.
En los años siguientes, siendo ya la mayor potencia del Mediterráneo, expandió su poder sobre las polis griegas; el reino de Pérgamo fue incorporado a la República y en el siglo I a. C. conquistó las costas de Oriente Próximo, entonces en poder del Imperio Seléucida y piratas. Durante el periodo que abarca el final del siglo II a. C. y el siglo I a. C., Roma experimentó grandes cambios políticos, provocados por una crisis consecuencia de un sistema acostumbrado a dirigir sólo a los romanos y no adecuado para controlar un gran imperio. En este tiempo se intensificó la competencia por las magistraturas entre la aristocracia romana, creando irreconciliables fracturas políticas que sacudirían a la República con tres grandes guerras civiles; estas guerras terminarían destruyendo la República, y desembocando en una nueva etapa de la historia de Roma: el Imperio Romano.
En la sociedad republicana, la nueva aristocracia romana estaba formada por la antigua aristocracia patricia y los nuevos ciudadanos ricos, en oposición a la mayoría de los plebeyos y a algunos patricios empobrecidos.
Aunque en su origen, los plebeyos estaban bajo el dominio de los patricios, pero tras la caída de la monarquía, éstos obtuvieron mejoras de forma progresiva. Se creo el cargo de tribuno de la plebe y la plebe urbana, élite que se había enriquecido con el comercio, arrebató a los patricios el acceso a las magistraturas y al cargo de Máximo Pontífice y augures. Las reuniones de la plebe, los concilia plebis, fueron el origen de los comicios tribunados, válidos para legislar por plebiscitos.
En el siglo III a. C. disminuyeron las diferencias entre los patricios y jefes de los plebeyos, y se agruparon en una aristocracia dirigente, la nobilitas. Con la rápida reducción del efectivo de los patricios, el término plebe tendió desde entonces a designar a las masas populares.
Los esclavos eran considerados como un instrumento económico que podía ser vendido y comprado y que se hallaba bajo la dependencia de un dueño. Procedían mayoritariamente de pueblos sometidos por la República y, durante el siglo I a. C., se convirtieron en el estracto social más numeroso de Roma; siglo en el que protagonizaron las Guerras Serviles.
Tras las caída de la monarquía se instauró en Roma la República (Res publica" es decir " la cosa publica"), un régimen aristocrático dirigido por unas cuarenta gens; los patricios, los descendientes de las familias más antiguas de Roma ostentaron el poder. Las principales instituciones del nuevo régimen fueron el Senado, las magistraturas y los Comicios.
El Senado era uno de los pilares de la República, siendo el órgano político que exigía responsabilidades a los cónsules. Originalmente el Senado estaba constituido sólo por patricios, pero a partir de la Lex Ovinia del año 312 a. C., se permitió que los plebeyos pudieran formar parte del mismo. La auctoritas del Senado daba validez a los acuerdos tomados en las asambleas populares. El Senado también resolvía los casos de interregnum, situación que acontecía cuando moría uno de los cónsules.
La Magistratura era un cargo original de la República. La jefatura que ostentaba el rex o monarca fue sustituida por dos magistrados colegiados y temporales llamados cónsules a los que se les podía exigir responsabilidad por su tarea de gobierno. Cada magistrado podía vetar al otro, lo que se conocía como intercessio.
También durante la República se crearon las asambleas populares, llamadas Comitia Centuriata. Nacieron por necesidades militares, en íntima conexión con la expansión de la ciudad y con la llegada a Roma de un nuevo concepto de táctica militar. Mientras que en la época monárquica, el ejército estaba integrado por miembros de las gens, en la República el ejército pasó a ser un sistema plutocrático, dependiente de la riqueza de cada sujeto. Al principio sólo se estimaba la riqueza inmobiliaria, pero posteriormente se tuvo en cuenta la mobiliaria.
-IMPERIO
El Imperio romano fue una etapa de la civilización romana en la Antigüedad clásica caracterizada por una forma de gobierno autocrática. El nacimiento del imperio viene precedido por la expansión de su capital, Roma, que extendió su control en torno al Mar Mediterráneo. Bajo la etapa imperial los dominios de Roma siguieron aumentando, llegando a su máxima extensión durante el reinado de Trajano, abarcando desde el Océano Atlántico al oeste hasta las orillas del Mar Negro, el Mar Rojo y el Golfo Pérsico al este, y desde el desierto del Sahara al sur hasta las tierras boscosas a orillas de los ríos Rin y Danubio y la frontera con Caledonia al norte. Su superficie máxima estimada sería de unos 6,14 millones de km².
El término es la traducción de la expresión latina Imperium Romanum, que no significa otra cosa que el dominio de Roma sobre dicho territorio. Polibio fue uno de los primeros cronistas en documentar la expansión de Roma aún como República. Durante casi tres siglos antes de César Augusto, Roma había adquirido numerosos dominios en forma de provincias directamente bajo administración senatorial o bajo gestión consular, y también mediante pactos de adhesión como protectorados de estados aliados. Su principal competidora en aquella época fue la ciudad púnica de Cartago cuya expansión rivalizaba con la de Roma y por ello fue la primera gran víctima de la República. Las Guerras Púnicas obligaron a Roma a salir de sus fronteras naturales, la península Itálica, y poco a poco adquirió nuevos dominios que debía administrar, como Sicilia, Cerdeña, Córcega, Hispania, Iliria, etc.
Los dominios de Roma se hicieron tan extensos que pronto fueron difícilmente gobernables por un Senado incapaz de moverse de la capital ni de tomar decisiones con rapidez. Asimismo, un ejército creciente reveló la importancia que tenía poseer la autoridad sobre las tropas, de cara a obtener réditos políticos. Así fue como surgieron personajes ambiciosos cuyo objetivo principal fue el poder. Este fue el caso de Julio César, quien no sólo amplió los dominios de Roma conquistando la Galia, sino que desafió la autoridad del Senado romano.
El Imperio romano como sistema político surgió tras las guerras civiles que siguieron a la muerte de Julio César, en los momentos finales de la República romana. Se alzó como mandatario absoluto en Roma, haciéndose nombrar Dictator (dictador). Tal osadía no agradó a los miembros del Senado romano, que conspiraron contra él asesinándole durante los Idus de marzo en las mismas escalinatas del Senado, restableciendo así la república, pero su retorno sería efímero. El precedente no pasó desapercibido para el joven hijo adoptivo de César, Octavio Augusto, quien sería enviado años más tarde a combatir contra la ambiciosa alianza de Marco Antonio y Cleopatra.
aprendió de la caída de Julio César y evitó sus errores.
A su regreso victorioso, la implantación del sistema político imperial sobre un imperio territorial que de hecho ya existía, resulta inevitable, aun manteniendo las formas republicanas. Augusto aseguró el poder imperial con importantes reformas y una unidad política y cultural (civilización grecorromana) centrada en los países mediterráneos, que mantendrían su vigencia hasta la llegada de Diocleciano, quien trató de salvar un imperio que caía hacia el abismo. Fue éste último quien, por primera vez, dividió el imperio para facilitar su gestión. El imperio se volvió a unir y a separar en diversas ocasiones siguiendo el ritmo de guerras civiles, usurpadores y repartos entre herederos al trono hasta que, a la muerte de Teodosio I el Grande, quedó definitivamente dividido.
Finalmente en 476 el hérulo Odoacro depuso al último emperador de Occidente, Rómulo Augústulo. El senado envía las insignias a Constantinopla, la capital de Oriente, formalizándose así la capitulación del imperio de Occidente. El imperio oriental proseguiría varios siglos más bajo el nombre de Imperio Bizantino, hasta que en 1453 Constantinopla cayó bajo el poder otomano.
y el Foro Boario abajo en el centro.
El legado de Roma fue inmenso, tanto es así que varios fueron los intentos de restauración del imperio, al menos en su denominación. Destaca el intento de Justiniano I, por medio de sus generales Narsés y Belisario, el de Carlomagno así como el del propio Sacro Imperio Romano Germánico, pero ninguno llegó jamás a reunificar todos los territorios del Mediterráneo como una vez lograra la Roma de tiempos clásicos.
la Edad Antigua dando inicio la Edad Media.
Destacar tres personajes de cada uno de los tres periodos
-MONARQUÍA
-Rómulo (c. 771 a. C. – c. 717 a. C.), primer rey romano según la tradición.
-Lucio Tarquinio Prisco (616 a. C. – 578 a. C.), también conocido como Tarquinio el Viejo o Tarquinio I, fue el quinto rey de Roma según la tradición y el primero y fundador de la ciudad según algunos historiadores contemporáneos. Llevó a cabo el Circo Máximo y el Templo de Júpiter en el Capitolio.
-Lucio Tarquinio el Soberbio (en latín, Lucius Tarquinius Superbus) (534 a. C. – 509 a. C.) fue el séptimo y último rey de Roma.
-REPÚBLICA
-Marco Tulio Cicerón, en latín Marcus Tullius Cicero (Arpino, 3 de enero del 106 a. C. - Formia, 7 de diciembre del 43 a. C.) fue un jurista, político, filósofo, escritor y orador romano. Es considerado uno de los más grandes retóricos y estilistas de la prosa en latín de la República romana.
-Cayo Julio César, Roma, Italia, 13 de julio de 100 a. C. - Ibídem, 15 de marzo de 44 a. C.), fue un líder militar y político de la era tardorrepublicana.
-Marco Antonio (Roma, c. 83 a. C. - Alejandría, 1 de agosto de 30 a. C.) fue un militar y político romano de la época final de la República, conocido también como Marco Antonio el Triunviro.
-IMPERIO
-Augusto, IMPERATOR·CAESAR·DIVI·FILIVS·AVGVSTVS, que significa Emperador César Augusto, hijo adoptivo del Divino (Julio César). Su nombre en la infancia fue Caius Octavius Thurinus. Tras la adopción testamentaria de su tío abuelo, Julio César, pasó a llamarse Caius Iulius Caesar Octavianus. Finalmente, el 16 de enero de 27 a. C., por aclamación del Senado a propuesta de L. Munacio Planco, su nombre oficial quedó fijado como IMPERATOR CAESAR AVGVSTVS. Tras su muerte, desde el 17 de septiembre de 14 d. C., cuando fue declarada su apoteosis, se le recordó siempre como Divus Augustus. (Roma, 23 de septiembre de 63 a. C. - Nola, 19 de agosto de 14 d. C.).
-Julia Vipsania Agripina (15, Oppidum Ubiorum-59), llamada Agripinila o Agripina la menor para distinguirla de su madre, fue la madre del emperador Nerón, a quien introdujo en la sucesión imperial tras su matrimonio con su tío Claudio (cuarto y último casamiento de este emperador). Fue la hija mayor del general romano Germánico y de Agripina la mayor, y se caracterizó por ser una mujer de gran belleza y ambición.
-Marco Ulpio Trajano conocido abreviadamente como Trajano (Itálica, 18 de septiembre de 52 - Selinus, 9 de agosto de 117) fue un emperador romano que reinó desde el año 98 hasta su muerte en 117, el primero nacido fuera de Italia. Inició la tradicionalmente llamada dinastía Antonina o, según reciente propuesta, Dinastía Ulpio-Aelia.
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